Hello! Qué tal? El vestido de hoy es un clásico que puede tener infinidad de versiones. A mí, personalmente, me encanta el piqué para el verano; en sus distintos acabados siempre queda impecable después de muchos lavados y es una tela fresca para los niños. Esta tela, concretamente, la compré ya el verano pasado y tenía muchas ganas de ver cómo quedaba. Me decicí por otro clásico veraniego, el vestido trapecio, sin mangas ni cuello. Es un modelo que admite multitud de variaciones y adornos por ser muy sencilla y como yo soy una maximalista declarada, le he añadido una puntilla de tira bordada que adquirí en mi última expedición a un mercadillo portugués. Por supuesto, los que me conocéis; ya sabéis que soy la fan número uno de los lazos, así que, era inexcusable que el modelo tuviese algún lacito!! El otro día, comprando una tela, la señora de la tienda me dijo que las telas ganan cuando vemos la prenda hecha; y, yo añado, los vestidos ganan puestos.
Bye,
Paula.
Este verano se leva mucho este piqué y te ha quedado precioso !!!
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